REVESTIMIENTO CON SERES VIVOS ACUÀTICOS
DE LAS OBRAS SUBACUÀTICAS

Las obras estacionarias maritimas y fluviales son las màs sujetas al ensuciamiento biològico.

El revestimiento de las construcciones de amarraderos y del cercado de navegaciòn, haciendo crecer su velamen, conduce a un aumento brusco de la resistencia a las cargas de onda, lo que al fin de cuentas produce su efecto sobre su resistencia mecànica y la posibilidad de deterioros.

La explotaciòn de las estaciones elèctricas y de otras empresas que usan el agua de mar en el sistema de refrigeraciòn, en algunos casos se hace imposible a consecuencia del taponamiento de los conductores de agua por los organismos marìtimos fijados allì. El ensuciamiento biològico de los aparatos hidroacùsticos – eco-sondas, locatores, dispositivos de comunicaciòn – provoca la disminuciòn de su sensibilidad hasta que los aparatos quedan fuera del funcionamiento.

l revestimiento con moluscos, algas y conchas de las redes fijas y de las instalaciones de maricultura hace crecer su peso, a menudo haciendolas completamente ineptas para su explotaciòn. Ademàs de esto, los organismos que hacen el revestimiento pueden ser los competidores en el dominio de alimentaciòn de los objetos cultivados.

Los depòsitos biològicos gruesos no permiten realizar a tiempo la inspecciòn de los defectos aparecidos peligrosos de los pilares de puentes y de otros objetos hidrotècnicos de ubicaciòn subacuàtica-sobreacuàtica. Las fallas de explotaciòn, tales como las grietas externas de las construcciones, zonas de corrosiòn activa, presencia de los elementos deteriorados y destruidos, cubiertos por una capa ininterrumpida del revestimiento con seres acuàticos, - descubrirlas sin mesuras de limpieza se hace imposible.

Todos los tipos de obras hidrotècnicas son sujetos a un ensuciamiento biològico considerable. Ya que la biomasa del revestimiento puede alcanzar algunas decenas de kilogramos por un metro cuadrato, el peso excesivo de tal revestimiento suele ser calculado por toneladas, lo que conduce a un aumento considerable del peso, de la resistencia de onda, de la erosiòn de las construcciones metàlicas y en hormigòn y, como una consecuencia, a la posibilidad del fallo mecànico y a la apariciòn de las situaciones de averìa.